He oído a los mares gritar mi nombre / Víctor Conde

heoidogritar-mi-nombre_cubierta

Me bastó leer El tercer nombre del emperador y Mystes,  ambas novelas de ciencia ficción de Víctor Conde, para convertirme en un seguidor de su obra. Profundidad de ideas, vastos escenarios, personajes complejos y un agudo sentido de «otredad», de misterio en cada página; así se me ocurre que podría resumirse su voz literaria, ideal para los géneros que implican lo fantástico.

Con He oído a los mares gritar mi nombre, Víctor Conde se arriesga en otra dirección, en este caso, el género de terror en una de sus vertientes más clásicas, como es la del monstruo que amenaza el orden conocido. Y con esta novela logra algo muy difícil: convencer al lector del siglo XXI, ese que convive con las últimas teorías cosmológicas que aparentemente han explicado el universo y lo han liberado de dioses y demonios, ese que ya no vive pensando que la única familia posible está compuesta por el padre, la madre y los hijos, sino que puede ser la madre, la madre y los hijos (como las protagonistas de la novela, una pareja de lesbianas cuyo principal deseo es tener descendencia), en suma, ese lector del siglo XXI desencantado del progreso y poco apto para el sentido de la maravilla, de que los monstruos pueden existir, de que aún no lo sabemos todo sobre el universo, y que muchos mitos y leyendas podrían no ser tales.

El autor juega así con dos terrores, el terror primigenio que amenaza a nuestra existencia individual, y el terror cósmico, lovecraftiano, que amenaza nuestro lugar en el cosmos. ¿A dónde huir en un universo así?

La novela inicia con una pareja de mujeres estableciéndose en un pequeño pueblo pesquero en Holanda. Pronto, de la manera menos predecible, entrarán en contacto con una de las leyendas más antiguas de la humanidad: la de la sirena, ese ser mitológico que viviría en las aguas y sería la causante de naufragios y otras desgracias para los hombres de mar. ¿Se trata de la secular misoginia que los marineros (y mineros) comparten, para exorcizar así sus sentimientos reprimidos, o es que efectivamente hay algo más en el mar que supera lo que el hombre conoce? Una fuerza que toma además la forma femenina, vinculada a una versión de la leyenda muy poco conocida – las nards de la tradición etrusca – , en las que lo femenino es a la vez algo monstruoso y cruel, pero tan poderoso que es capaz de despertar el interés nada menos que de varias sectas que buscan la inmortalidad, o de los propios nazis.

Sirenas, libros perdidos, naufragios, ritos inmundos… Todos estos elementos han sido hábilmente conjugados por Víctor Conde para ofrecernos una lectura apasionante.